Apariciones en el Magdalena es un conjunto de intervenciones, dibujos y grabados propuestos por artistas de San Martín, Gamarra, El Arenal y Sabana de Torres en el municipio de Gamarra justo antes de que iniciara la ola invernal en el país del 2010.

Dos de las acciones aluden a la Inmaculada, Santa patrona de los Pescadores en el municipio de Gamarra y de quién se sostuvo que en el pasado realizó su aparición a varios pescadores en la Cienaga del Vaquero.

La Virgen Inmaculada de estas fotos, está trasmutada en forma de calavera de res vestida de rojo, y flotando sobre una barca en uno de los brazos del Río Magdalena. Es salvadora y a la vez verdugo.

En Gamarra, el río tiene la dualidad de la vida y la muerte. Trae toda la vida, el comercio y el sustento del municipio, pero a su vez ha sido testigo de innumerables crímenes y desapariciones en consecuencia del conflicto armado durante las dos últimas decadas y ha desembocado en inundaciones anuales dejando muchisimas víctimas.

Gamarra parece una Venecia tropical que bien podría ser escenario de historias fantásticas del realismo mágico, algunas trágicas y espeluznantes y otras bellas y poéticas. En cada una de estas apariciones hay una reflexión sobre el desplazamiento constante. Hay una intención de reflexionar sobre el territorio, sobre el destierro desde una dimensión poética que abre camino a una conexión emocional sobre lo sucedido; sobre el entorno, sobre el paisaje mismo, sobre la pregunta recurrente de ¿Qué llevar y que dejar si hay que desplazarse inesperadamente?

En la última creciente los Gamarrences decían: Yo tengo fe en que no nos vamos a hundir y sin embargo tuvieron que abandonar sus casas y montar sus neveras, televisores, estufas, camas y animales en carros y camiones para mudarse a toda prisa antes de que el agua lo cubriera todo. A pesar de la tragedia había algo de poético en todo esto. No es gratuito que sean estas tierras los escenarios de montones de cuentos y fábulas de seres anfibios y hombres caimanes. Apariciones en el Magdalena es una reflexión sobre un evento real y sorpresivo en donde el río crece y quizás mañana estemos flotando, no obstante, aún tenemos una ciega fé silvestre.